sábado, 30 de abril de 2016

Para mis Amazonas.


Tengo que decir muchas cosas, y he preferido utilizar mi blog.

Han pasado ya 5 años. Aún a veces recuerdo mi primer día como entrenador de balonmano ¡estaba aterrado! No sabía ni siquiera cómo empezar en el primer entrenamiento. Poco a poco fui cogiendo el gusto, y la verdad es que siempre he creído que he tenido suerte. Siempre he pensado que teníais algo especial...

No podría medir cuánto habéis aprendido de mí o cuánto os he enseñado. Pero si sé lo que he aprendido. Mucho más de vosotras que vosotras de mí. No sé si seré bueno transmitiendo balonmano o no, pero sí estoy seguro de que siempre he tenido muy claro que hay que tener fe. Que los límites los tenemos que poner nosotros, y luego pelear para superarlos. Siempre he querido transmitiros mi forma de ser en todo esto. Cómo trato de disfrutarlo día a día, en cada entrenamiento y en cada partido. He vivido momentos duros, difíciles, frustrantes, tristes... He llorado en mi habitación porque no conseguimos la victoria, esa que todos estábamos esperando. Y me he derrumbado cada vez que os he visto llorar tras una derrota. Me he decepcionado cuando el guión no ha salido como yo lo había planteado... Pero ¿sabéis una cosa? No me voy a quedar ahí. Porque si algo he aprendido es que no hay que vivir de las malas sensaciones, hay que quedarse con todo lo bueno y seguir levantándose después de cada caída. Hay que tener una sonrisa en la cara, no por aparentar, sino porque cada uno es merecedor de llevarla puesta. Por ti misma, por nadie más. Entonces sólo voy a aprender a mejorar, para evitar repetir aquello que me llevó a vivir esas emociones tan negativas. Voy a quedarme con los momentos de calidad: con la convivencia, con las risas, con los snapchats, con las celebraciones locas de cada gol importante, con los aplausos de una defensa bien hecha, con el puño en alto después de una parada, con ese gol que salió bien en la segunda oleada, con la sensación de un entrenamiento bien hecho, y con las sonrisas en el grito final.

He tratado siempre de transmitir que "esto va de pasarlo bien", pero para pasarlo bien realmente sabéis lo que hay que hacer: TRABAJAR MUY DURO. He querido teneros cerca, para que me tuvierais al lado, por si cualquier día me necesitabais. Os he enseñado que la clave está en la unión, y cuando he sido yo el que se ha equivocado me lo habéis recordado (¡lo habéis aprendido!). He intentado que fuerais humildes, que sólo trataseis de trabajar para vosotras mismas que sois lo más importante. Siempre os he pedido respeto para todo el mundo, que protestar era mi papel. Que ganar no significa ser mejor que nadie, sólo seguir demostrándote que trabajas duro. He sacado mis garras para defenderos cuando nos han quitado lo que era nuestro, pero siempre he intentado trasmitiros que el exceso de orgullo y el rencor absorben la energía positiva. No hay nada más bonito que formar parte de un equipo, y saber que siempre voy a tener ahí para cuando llegue el momento.
Y que nunca jamás dejaseis de aprender. Nunca es suficiente. 

Me llevo amigas, no jugadoras. Muchas de ellas muy especiales, con las que he compartido grandes momentos y sé que siempre van a estar ahí, pero, sin duda, TODAS tenéis el sello de calidad.

Ser todo esto, significa ser una AMAZONA, y eso una vez que se aprende, nunca se olvida. Así que mi mayor deseo es que sigáis haciendo que todo el mundo se sienta tan orgulloso como yo. Sólo le puse nombre a algo que sois. Ahora seguid escribiendo vuestra propia historia juntas. Yo me quedo aquí, pero siempre voy a seguiros allá dónde vayáis, y siempre voy a cuidar de vosotras. Seguro que volvemos a vernos, sintiendo los mismos colores.

Os quiero mucho a todas, 
vuestro Entrenador Amigo,
Juanki Lungarán