¡Feliz Año a tod@s!
Desde deportivaMente me gustaría desearle a todo el mundo que este año esté
lleno de salud y trabajo y que todos vuestros deseos y propósitos se hagan
realidad.
Y hablando de
propósitos, bienvenidos a Enero, el mes de los gimnasios, las dietas milagro y
las costumbres forzadas. Si, es así. Este es un mes en el que casi todo el
mundo se propone quitarse esos kilitos de más. Todos empezamos el año con
energías renovadas, llenos de ilusiones que poco a poco vamos dejándonos en el
camino (la mayoría durante el mes de enero). Hoy, sin profundizar mucho en el
tema, me gustaría hablar de lo que todos los que realmente “conocemos” el
deporte sabemos. Ni existen las dietas
milagro, ni existen las operaciones bikini.
Antes hablaba de las
Costumbres Forzadas, he creado ese término a botepronto para definir el hecho
de empeñarnos en hacer ejercicio a pesar de que nuestro cuerpo y nuestra mente
nos dicen “¡¡¡QUE NO QUIERO!!!”. Y realmente tienen razón. Caemos en los
topicazos post-navideños, y queremos darle al cuerpo más de lo que puede
soportar poniéndonos como excusa todos los polvorones, mantecados, turrones,
roscón y demás dulces típicos de la época. Y, claro, teniéndolos casi aún en el
cuerpo nos hacen sentir culpable y queremos abarcar más ejercicio del que
realmente podemos. ERROR. Duramos 4 días y empezamos a pensar en las dietas
milagro.
Y luego vienen las dietas milagro, y claro como no acudimos al médico
especialista el Dr. Google para que nos diga cuál es la más afín a nuestra
personalidad. Ayer mismo, después de una última copiosa cena del Día de Reyes
alguien me hablaba de una nueva dieta milagro que consistía en no comer nada
durante dos días, y milagrosamente al tercero ¡podías comer casi lo que
quisieras! ERROR. Mi respuesta fue sencilla y cietífica, “seguro que si el
tercer día tampoco comes, adelgazas más…”.
El ejercicio físico no
debería ser una actividad forzada, no es algo que deba utilizarse sólo para
épocas de sobrecargas alimentarias y alcohólicas. El ejercicio físico debe ser
una constante que nos permita sentirnos vivos y llenos de energía para afrontar
nuestro día a día. No hay que caer en el error de sobreesforzarse. Hay que
realizarlo de forma progresiva, a medio-largo plazo, y los resultados irán
llegando a medida que pasen las semanas. Sin prisas. Aumentando el volumen y la
intensidad semanalmente. De nada nos sirve salir una tarde a correr, estar dos
horas, llegar reventado a casa y al siguiente día sentir que tienes termitas en
vez de agujetas. No durareis ni una semana… Tampoco vale hacerse propósitos
acorde con la condición física de nuestro cuerpo de hace 10 años, porque luego
vienen las sorpresas.
Y luego están las
dietas. La alimentación juega un papel primordial en nuestra vida, ¡y ojo! Que no
quiero engañar a nadie, yo no soy el más indicado para hablar de buena
alimentación (tampoco soy de los peores… jejejeje). La alimentación es del
mismo modo que el ejercicio, una constante. Si es cierto que no soy partidario
de esos tan estrictos con su alimentación, las fiestas están para disfrutarlas,
y si uno se cuida y se “priva” de forma habitual, tampoco es muy complicado
retomar esos hábitos tras el parón. De nada sirve pasar hambre durante unos
días, si luego nos viene bien cualquier excusa para atiborrarnos.
También existen
complementos naturales que pueden ayudarnos en nuestra alimentación y
aportarnos beneficios para el ejercicio. Los tés por ejemplo son quemagrasas y
además nos aportan energía.
En definitiva, estas
energías renovadas y estas ganas de empezar con hábitos nuevos puede ser
beneficioso, pero sólo si lo hacemos con calma, sabiendo lo que queremos y para
cuando. Las operaciones bikini no son en enero y mayo, son durante todo el año,
así que ya puedes empezar a cuidarte y a hacer ejercicio, pero poco a poco y
sin prisas.
Estos dos no empezaron la operación bikini en Mayo del año pasado...
Un abrazo.
@JuankiLungaran
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